Sedes Copa América 2020

Por: Moisés Chávarri De Jesús • Futbolperuano.com

"Prosa de plata, orgullo de oro" | Perú y el día que murió de pie

Sí, sabemos lo que sientes. Nosotros también. El orgullo y el juego fue recuperado. Y aunque no bastó para traer la Copa América, es suficiente para llevarnos a soñar. Y seguir soñando.

Perú, subcampeón de la Copa América. Foto: EFE
Perú, subcampeón de la Copa América. Foto: EFE

Sí, sabemos lo que sientes. Nosotros también. El orgullo y el juego fue recuperado. Y aunque no bastó para traer la Copa América, es suficiente para llevarnos a soñar. Y seguir soñando.

Y sí, hola. Aquí estoy, en prosa otra vez. Mis mejillas están rojas y despintadas. Hoy decidí colorearlas, pero el himno no dejó que la acuarela se quedara quieta en mi rostro. Corazón hecho agua por ver a esta Selección Peruana en la final de la Copa América por primera vez en la vida que hasta ahora me ha durado 21 calendarios, y la gravedad hacía su trabajo. Abajo y a rodar las gotas. Mis manos no quisieron secar mi cara. Por si las dudas, no volví a tocarme los ojos en lo que restaba de tarde. ¿Para qué borrar la evidencia palpable de lo que estaba viviendo? Qué orgullo poder llorar. Qué orgullo haberlo hecho en el inicio, y no necesariamente al final.

Qué orgullo haber pensado que en algún momento pudimos. Qué digno fue esta vez nuestro “casi”. Te había odiado por tanto tiempo, palabra amiga. ¡Y cuánto me aferré hoy a ti! De todas las ocasiones en las que te mencioné, hoy será la vez en la que más te extrañaré.

“Hay estadios que arden”. Y uno piensa que ha de ser por las gradas. ¡Cuánto quema su césped también! A los de franja les ardía el pecho, pero a veces, también la pelota. El ahogo de Brasil pesaba a historia, y no necesariamente a la que llevan en el escudo de su amarilla camiseta, sino al temor de que el calor de su hogar vuelva a incendiar su país entero, como hace 69 años, en ese mismo lugar.

Pero su nueve quiso ser más Jesús que Gabriel. La salvación para ellos se hizo cruz para nosotros. Everton llegó al área como a esta Copa América. Solo. Y se fue del rectángulo como se despidió del torneo: celebrando con todos y cada uno de los suyos. Y de nuevo, muchas preguntas para tan pocas respuestas. ¿Por qué conducir de más si el chocar está tan cerca? ¿Por qué salir jugando antes que salir para jugar?

Un momento de lucidez fue suficiente. Cuando recordamos que el toque raso es productivo en los últimos metros del rival antes que en el propio, soñamos. Tobar marcó el punto blanco, y Paolo le marcó a toda Sudamérica. Brasil era su único convicto. Sin embargo, la tierra que tantas veces le rindió tributo, hoy pareció darle fruto y fertilidad a los que florecieron únicamente en su suelo.

Yotún quiso sobrepasar a tres de ellos, pero fueron tres de los nuestros quienes tuvieron que encargarse de su error y de un Arthur que se deshizo de la presión para brindársela a quien sabía lidiar con ella. Y es que solo Jesús puede batallar con la ansiedad. En la vida, y bueno, también en el Maracaná.

La roja que recibió el '9' expulsó también el último ápice de nuestros nervios. Aún me ilusionaba con sentarme y versar. Las rimas aparecerían si con naturalidad también lo hacían Edison, Christian y André. Y por poco poema. Pero hombre, aquello fue hombro. Tobar pareció mirar la pantalla de puro protocolo. Y Richarlison casi hizo famoso a Gallese. Casi.

Prosa de plata, dignidad de oro. Qué lindo el viaje. Qué bello el decoro. Pronto estaremos cerca. Tú a la hazaña, y yo a la pantalla. Algún no muy lejano día, cuando recuerde que si no sufría, no valía.

Y aquí en prosa o en rima volveré. Con las mejillas pintadas, con el sueño de cantar mi querer.

Previo a tu mañana, después de tu anochecer.

Y quizás, antes de que cuenta me dé,

Te estaré escribiendo en verso, como hoy, otra vez.