Sedes Copa América 2020

Por: Moisés Chávarri De Jesús • Futbolperuano.com

OPINIÓN: ¿Qué decir tras la dura derrota de Perú ante Brasil?

Un Perú herido espera por resultados ajenos para clasificar a Cuartos de la Copa América. Pero, ¿esa es la principal preocupación que tiene nuestra Selección hoy por hoy?

Perú cayó ante Brasil por la Copa América. Foto: Twitter
Perú cayó ante Brasil por la Copa América. Foto: Twitter

Un Perú herido espera por resultados ajenos para clasificar a Cuartos de la Copa América. Pero, ¿esa es la principal preocupación que tiene nuestra Selección hoy por hoy?

Fieles son las heridas del amigo.

La Selección Peruana se encontró con la más leal de sus compañeras en Sao Paulo. La Realidad nos halló en el Arena Corinthians y nos recordó la más amarga, pero honesta, de sus verdades: No es si queremos, es si tenemos con qué querer. Que es pobre la intención si aún mendiga por centavos de invención. Que no hemos llegado a nuestro techo. Sino que hemos llegado, hoy, a nuestro suelo.

Perú se atrevió en esta Copa América a lo que Venezuela y Bolivia no se animaron: ir a apagarle la música al dueño de la fiesta. En el estadio del 'Timao', Brasil nos manejó el timón y navegó sin olas ni rocas contra las cuales impactarse. Pescó fácil a una presa que en realidad se vistió de carnada. La Selección Peruana no planteó, ni replanteó. Y sería justo decir, que ni siquiera se plantó.

Esto es hoy el cuadro de Ricardo Gareca. No nos sobra para menos y no nos alcanza para más. No hubo ‘Polo’, y camiseta, mucho menos. No hubo Gallese, y gallos, mucho menos. No hubo ‘Guerrero’, y menos, pero menos, hubo ejército. La peor versión colectiva se alineó con la más terrible faceta de nuestras individualidades. ¿Nuestro mejor jugador? Bolivia. Porque hasta su gol (inservible, al final) lo gritamos más.

Y como no nos alcanzan los números que conseguimos, dependemos de los números de una empolvada calculadora que pensamos nunca más usar. Peor aún, de los números que tienen que ver con la calculadora de otros. No nos preguntemos cuánto nos alcanza para clasificar; preguntémonos si con lo que vimos hoy nos alcanzaría una vez clasificados.

Advíncula fue ‘rayón’ antes que rayo. Yotún dejó de mirar cielo y todo Perú empezó a observar suelo. Ni Firmino en su gol nos quiso ver la cara. Y aún si lo hubiese deseado, la hubiese encontrado abajo, mirando el césped, pensando en lo que alguna vez fuimos. Nosotros nos estancamos en el recuerdo Ruidíaz y ellos contaron sus 5 goles con los dedos. Nunca mejor dicho: Quedamos ‘mano’ a ‘mano’. Ahora a Perú lo quieren todos. Todos los rivales para poder ganar.

¿Lo seguiremos queriendo nosotros? Mirando el rostro de Realidad, ésta nos dice sus hirientes verdades (y son más de cinco, de seguro). Pero, ¿sabes? Después de todo, nos las dice. No las esconde. No las oculta, ni se las guarda para después. No nos da la espalda, para que a espaldas nos mienta.

Porque no hay reacción sin heridas. Porque no hay heridas sin verdad.

Porque no hay verdad sin fidelidad. Y porque fidelidad, no hay la que deje sin sanar.