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Por: Robert Luna • Futbolperuano.com

Alianza Lima: su exdefensa Sebastián Morquio estuvo preso y buscó trabajo por redes sociales

En el año 2003 llegó a Alianza Lima el uruguayo Sebastián Morquio, quien años después viviría un real calvario.

Actualización
Sebastián Morquio con la camiseta de Alianza Lima. Foto: Twitter
Sebastián Morquio con la camiseta de Alianza Lima. Foto: Twitter

En el año 2003 llegó a Alianza Lima el uruguayo Sebastián Morquio, quien años después viviría un real calvario.

Quiza el nombre de Sebastián Morquio no sea muy recordado entre los hinchas de Alianza Lima. Es un exdefensa uruguayo que vistió la camiseta blanquiazul en el 2003, pero no llegó a trascender, al punto que se marchó antes de los previsto.

Incluso lo más recordado del central charrúa, fue un cabezazo suyo que se estrelló en el palo durante un clásico ante Universitario. Sin embargo, más allá de su paso por Matute, al jugador oriental le tocó vivir duras experiencias que lo llevaron incluso a estar preso por varios días.

"Mi madre estaba comiendo en la cama, el perro se le subió y la arañó. Es un semi pitbull, porque es mezcla, y le arañó la cara. Una vecina me hizo una denuncia con mentiras, y como el perro era mío, pagué las consecuencias", señaló Sebastián Morquio en una entrevista que publicó el diario Olé.

"Gracias a Dios al perro no lo sacrificaron porque no la mordió en ningún momento, sólo la arañó y terminé quedando preso. Me separaron hasta de mi mamá, encima soy yo el que la mantengo. Ese hecho me perjudicó en el trabajo porque se empezaron a perder las ofertas", continuó declarando el exjugador uruguayo.

Y justamente lo sucedido, han obligado a que Sebastián Morquio busque trabajo de forma desesperada por las redes sociales. Sin duda, algo que llamó mucho la atención al ser una figura con reconocida en el fútbol de su país y del mismo Argentina con Huracán.

Sebastián Morquio recordó con amargura lo que fueron sus días en la cárcel. "Mi madre confió en parte de la familia de ella para que me llevaran una caja con alimentos. Ella le dio plata para que me llevaran productos, y nunca me llegó la caja. Las personas que estuvieron en la celda me bancaron con pequeños detalles de alimentación. Estuve en Florida, que sería una chacra y no era peligrosa. No me puedo quejar porque me atendieron muy bien, aunque sigue siendo una cárcel, y estás en un calabozo, pero es mejor que en otras cárceles", señaló.

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