Ricardo Gareca cumple 5 años de su primer partido con la Selección Peruana

Fue un día como hoy, pero hace cinco calendarios hoy ya marcados. Nuestras esperanzas volvían como un voto religioso, que se renueva temporada a temporada. El redentor traía cabello largo, delgadez física y una nueva era a la cual llevarnos. Su nombre era Ricardo Gareca, y partía la historia de la Selección Peruana en antes y después de él. El mundo le dio media decena de vueltas al sol y hoy, la 'Bicolor' parece haber dado con el milagro: ser nuevamente aquella escuadra que compite de tú a tú.

El camino, y para ser más específicos, el primer paso, no tuvo un buen rostro aquel día. Debutábamos ante Venezuela en tierras norteamericanas. El 'Tigre' usó por única vez un traje formal de camisa, pantalón y zapatos que nunca más se le vio, al menos, en el banquillo del equipo. Para aquella primera convocatoria estaba el nombre de Carlos Lobatón, pero su madre, lamentablemente, sufriría un accidente previo al duelo y el mediocampista retornó a Lima.

Con la frase "Fuerza Loba", salieron al campo de juego los primeros once titulares del 'Flaco', y estos eran: Pedro Gallese, Luis Advíncula, Carlos Zambrano, Christian Ramos, Jair Céspedes; Josepmir Ballón, Renato Tapia, Paolo Hurtado, André Carrillo, Jean Deza e Irven Ávila. 

El promedio de edad de su primer once fue de 24 años con cinco meses, la más baja hasta el momento. Solo estuvo cerca el equipo que le ganó a Ecuador un año después en Eliminatorias, por un mes de ventaja. Advíncula, Carrillo, Cueva, Gallese, Hurtado, Ramos, Ruidíaz, Tapia y Yotún fueron los únicos de aquella convocatoria que llegaron a la Copa del Mundo Rusia 2018, mientras que otros no serían llamados en el camino, o peor aun, nunca volverían a la Selección Peruana tras aquella derrota por 1-0 frente a la 'Vinotinto', como es el caso de Jean Deza.

Tras la caída, la sala en la que se desarrollaría la conferencia de prensa esperaba respuestas. La moral del equipo venía de ser golpeada incluso desde antes del choque, y la poca tolerancia al error (aquella que se fue erradicando con el paso de los años) esperaba tragarse por completo al argentino, que llegó con la misma camisa, la misma convicción y la misma tranquilidad con la que fue presentado días antes: “Estuvimos ansiosos. Me hubiera gustado empezar ganando. Falta lo más importante: resultados. Pero me gustó la reacción del equipo. Me gustaría ganarme el respaldo de la hinchada, pero para eso hay que trabajar".

Y se trabajó. Y se sufrió.

Y se logró.