La Blanquirroja

Por: Moisés Chávarri De Jesús • Futbolperuano.com

Paraguay 1-4 Perú: Crónica de una victoria no anunciada en Eliminatorias

Un mes después de haber caído en Santiago de Chile, la Selección Peruana se presentaba en Asunción para jugarse una de sus últimas fichas a Rusia 2018. 

Actualización
Futbolperuano.com
Futbolperuano.com

Un mes después de haber caído en Santiago de Chile, la Selección Peruana se presentaba en Asunción para jugarse una de sus últimas fichas a Rusia 2018. 

Crónica escrita el 10 de noviembre de 2016:

Momentos. De eso se trata. Es virtud humana la de manejar las situaciones favorables y contrarias en la vida. Y del futbolista en los partidos. En Santiago lo pagamos caro, pero no se vive si no se aprende; y no se aprende si no se erra. Hoy todos somos peruanos, hoy todos nos vestimos de entusiasmo con la Selección Peruana, y hay que manejarlo también.

Se dice que en Paraguay lo último que se pierde no es la esperanza, sino la pelota. Así sucedió cuando en tan solo 10 minutos ya nos encontrábamos abajo en resultado, y en confianza. Riveros nos hacía asomar otra noche de espanto en calidad de visita. Y es que la clave en todo el partido era una sola palabra: confianza. Ellos nos la quitaron y nosotros la perdíamos con imprecisiones iniciales que corregimos rápidamente. Pero sólo eso se merece Paraguay, un párrafo. De ahí en más, el color seguiría siendo blanco y rojo y no tanto 'albirrojo'.

De lejos, el funcionamiento más inteligente de la Selección Peruana en los últimos años: lo que se nos planteaba era un juego de fricción; lo que dimos fue un juego de control. Posesión, al ras del suelo, movilidad y recuperación rápida. El mediocampo ofensivo, de lo más resaltante.

Y la justicia, que tantas veces nos jugó en contra, nos abrazaba esta vez, como nuestros compatriotas tras el gol de Ramos (muy atento junto con Rodríguez en todo el partido) en el inicio del 2T. En lo aéreo, en el cielo, en donde Paraguay acostumbra a jugar mejor que en el suelo.

Luego vendría el recital. Christian mandaba a la Cueva a medio Defensores del Chaco en una demostración de lo que te otorga el fútbol brasileño para asistir a un Flores que marcaría el 1-2. Tras una contra. Así como les encanta a los paraguayos. El 75% de las almas en Asunción descendía del estadio tras el humillante 1-3 que el propio Cueva instalaba en el marcador. 

Benítez terminó de arruinarle la fiesta a Santa Cruz en su despedida de la Selección tras un grosero gol en contra. Roque habrá imaginado un desenlace feliz con su camiseta, pero nada más lejos de la realidad. Cruz fue la que nos quitamos tras 28 duelos sin sonreír fuera de casa. Santa es nuestra fe ahora.

La vida es manejar los momentos. Lo malo se supera; lo bueno no siempre es de larga duración. Esto es lo que hay que mantener. Sostener el andar de la embarcación cuando el viento es favorable, aprovecharlo, ser inteligentes y no escatimar en determinación. Aprender a empujar todos juntos cuando la tormenta asoma suele ser igual de valioso. 

“Hay que acostumbrarnos a ser ganadores” dice Cueva tras el partido. Y sí, hay que acostumbrarnos a ganarle a nuestra propia historia, la que viene a veces en momentos de pesar, y la que viene en envase de alegrías, como las de hoy.

Hace poco alguien me recomendó apuntar los motivos que hacen que una etapa sea excelente, porque serían un tesoro cuando la balanza se incline en contra. Comprender que la dificultad y la felicidad son ciclos cambiantes que vienen y van, es el primer paso a la sabiduría para afrontar cada una de ellas. Y eso el equipo lo tiene que aprender también hoy.

Momentos. Manejarlos es vivir. Es la virtud y dicha de nunca más tener que 'sobrevivir'.