Peruanos en el Exterior

Por: Moisés Chávarri De Jesús • Futbolperuano.com

Kevin Quevedo: La historia de una promesa por cumplir

La vida de Kevin Quevedo está llena de paradojas, como por ejemplo, un padre hincha del equipo rival, y una madre que estuvo a punto de perderlo, desde el vientre, ¡tras un gol de su esposo! Imperdible.

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La vida de Kevin Quevedo está llena de paradojas, como por ejemplo, un padre hincha del equipo rival, y una madre que estuvo a punto de perderlo, desde el vientre, ¡tras un gol de su esposo! Imperdible.

Cusco, 1996. Wilfredo Quevedo aprovechaba un rebote en el área de Alianza Lima y hacía retumbar las gradas repletas de hinchas vestidos con la roja camiseta del Cienciano. 'Willy' -para los amigos- no solo hizo estallar a toda la ciudad 'Imperial', sino también al vientre de su amada Maritza, que en la tribuna, desbordada por la emoción colectiva, sufrió una descompensación que puso en peligro la vida del pequeño Kevin Martín.

El susto no pasó a mayores, y el 22 de febrero de 1997, el hijo del matriomonio Quevedo Mathey vio la luz sin saber que aquello que lo puso en peligro, sería también lo que lo llevaría a la cima de la vida: el fútbol. Cinco años después del nacimiento, las inferiores de Alianza Lima -aquel club que sufrió la pegada de Don Wilfredo- aceptaría a Kevin en sus divisiones menores, como si se tratara de una 'venganza' a aquella cuenta pendiente contra el progenitor, no por su pasado en Cienciano, sino por su hinchaje a Universitario de Deportes.

Si bien Kevin llegó a darle el gusto a papá jugando por la 'crema' en las divisiones formativas, el destino estaba empecinado en hacerlo brillar con las rayas azules y blancas sobre su pecho. Y si alguna duda le quedaban a él o a su 'viejo', esta se disipó en el debut más auspicioso en la historia del fútbol peruano: 4 goles en una sola tarde ante el mismo rival: Juan Aurich. El interior de Doña Maritza volvió a estremecerse, aunque esta vez, ya con el hijo convertido en hombre.

Con los de La Victoria, Kevin Quevedo ganó dos Torneos Clausura, un Apertura y nada menos que un título nacional al mando de Pablo Bengoechea, quien tomó esa figura paterna dentro de la cancha para forjar al juvenil, corrigiéndolo, castigándolo, pero sobretodo, protegiéndolo, ya que de su boca nunca salió un reproche público para la rebelde 'promesa' de nuestro balompié.

Y aunque es cierto que sigue siendo 'rebelde' -y no solo dentro del gramado- también es verdad que conserva el grado de promesa, aquella que muchos queremos ver cumplida, transformada en realidad y no solo en esas palabras llevadas por el viento. Goiás lo acoge en la actualidad, y aunque puede ser una señal de que su leyenda anda medio 'Verde', podemos confiar en las palabras de Don Wilfredo, brindadas al diario 'Trome' hace algún tiempo:

“A mi hijo le dije que no va a hacer cuatro goles todos los domingos. Que esto es solo el principio". 
Quien tiene oídos para oir, que oiga.