Perú

Se acabó el ‘Jogo Bonito’: la selección brasileña juega a la italiana

Una vez dada por finalizada esta edición de la Copa América disputada en Brasil y con el equipo anfitrión siendo el ganador del torneo, se puede hablar con contundencia del fin del “jogo bonito” de la selección brasileña.

Futbolperuano.com
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Una vez dada por finalizada esta edición de la Copa América disputada en Brasil y con el equipo anfitrión siendo el ganador del torneo, se puede hablar con contundencia del fin del “jogo bonito” de la selección brasileña.

Lejos quedan jugadores como Ronaldo Nazario, Ronaldinho, Rivaldo, Kaka o Robinho que con su fútbol creativo hicieron maravillar a la parroquia de “La Verde-amarela”, desde Maranhao hasta Río Grande hasta Río Grande do Sul pasando por Río de Janeiro y Sao Paulo, encabezando siempre las apuestas deportivas como posibles máximos anotadores del torneo.

Esta generación de grandísimos jugadores se acabó y con esta decadencia se abrió un período de ausencia de títulos para el combinado nacional. En la última década solamente se alzaron dos Copas Confederaciones, trofeos de poco calado en comparación con un Mundial o una Copa América.

Hay que añadir la presión que tiene la nueva generación de futbolistas que solamente eran unos críos cuando Cafú levantó la quinta y última Copa del Mundo, y ahora se alejan de ser los favoritos en los pronósticos deportivos de las grandes citas.

En este pasado torneo, la selección “canarinha”, de la mano de Tite apostó por un fútbol más pragmático y porque no decirlo, más “catenaccio” poniéndole el cerrojo a la portería de Alisson Becker en cinco de los seis partidos disputados y únicamente encajando un gol desde los once metros, obra de “El Depredador” Paolo Guerrero.

Para darse cuenta de este perfil más defensivo y posicional, basta con observar el doble pivote en el debut ante Bolivia. Esta pareja la formaron Casemiro y Fernandinho, dos grandes jugadores sí, pero de un perfil defensivo y no máximos exponentes del casi extinguido “jogo bonito”.

En los partidos posteriores el seleccionador brasileño optó por sustituir a Fernandinho por Arthur Melo, un jugador más llamado al ataque y con mejor toque de balón.

Con el trascurso de los partidos se podía comprobar que el fútbol de la pentacampeona del mundo se había vuelto más práctico, y una vez llegada la final, era prácticamente imposible que fuera a cambiar su estilo de juego. No valían las relajaciones por haber goleado a Perú en la fase de grupos, ni por ser la anfitriona, ni por ser mejor equipo, siendo sinceros.

El combinado peruano de la mano de Gareca se sobrepuso al varapalo de “la manita” que les endosó Brasil, eliminando a Uruguay en cuartos de final gracias a un inconmensurable Gallese y endosándole tres goles en las semifinales a la última campeona del torneo, la selección chilena.

Otro de los motivos por los que no cambiar a un fútbol más vistoso, fue el miedo a un nuevo Maracanazo. Pasaron más de cincuenta años pero este hecho marcó a toda una generación y el miedo a repetirlo en una final aterroriza.

Y por último, destacar que el máximo exponente del “jogo bonito” de la selección brasileña, Neymar, se perdió el torneo por una lesión en los partidos preparatorios. Nunca se sabrá si con la figura del jugador más influyente del combinado nacional, el seleccionador habría cambiado la forma de jugar de su equipo en esta pasada Copa América.

Con “jogo bonito” o con un fútbol a la italiana, está claro que este combinado nacional tiene jugadores para conquistar todo lo que se proponga siempre y cuando remen todos en la misma dirección y crean en la filosofía del míster. Está claro entonces que no sabemos si es un adiós o un hasta luego al fútbol creativo.