Pedro García compara la carrera de Christian Cueva con una serie de Netflix tras fichar por Juan Pablo II: “Va a elegir al DT y los refuerzos

Christian Cueva volvió a colocarse en el centro de la conversación futbolística peruana tras confirmarse su inesperada incorporación a Juan Pablo II para la temporada 2026. El mediocampista, que en los últimos meses atravesó dificultades en Emelec por temas salariales y falta de continuidad, recibió una nueva oportunidad en el fútbol peruano, aunque su llegada no ha estado exenta de polémica. En este contexto, Pedro García ofreció una reflexión cargada de ironía acerca del presente del jugador, comparando su trayectoria reciente con una historia propia de una plataforma de streaming.

Durante su participación en el programa ‘Doble Punta’, el comunicador sostuvo que la vida deportiva de Cueva en los últimos años parece sacada de un libreto televisivo antes que de un desarrollo deportivo habitual. Según García, los eventos que han marcado la carrera del volante desde su salida de Al Fateh, su paso irregular por Emelec y los constantes cambios de destino encajarían a la perfección en una narrativa cinematográfica.

“¡Qué loco! El caso Cueva es un caso Netflix. Su historia no es tanto de fútbol como de Netflix. Tú podrías guionizar los últimos años de Cueva en una serie perfectamente. No tengo que decir por qué ingredientes, tiene todos los ingredientes. De momento, lo que le falta es el fútbol”, comentó inicialmente, recordando que su rendimiento más sólido en el Perú se dio en Cienciano bajo la conducción de Carlos Desio.

A partir de ese análisis, el periodista lanzó cuestionamientos sobre el funcionamiento interno de Juan Pablo II de cara al 2026. Para él, la llegada del mediocampista estaría acompañada de un margen de influencia poco habitual para un jugador recién fichado, lo que generaría interrogantes sobre quién tomará realmente las decisiones deportivas.

“Me pregunto, ¿quién es el técnico de Juan Pablo II para lo que viene? ¿No tiene? Llegando Cueva a Juan Pablo II, cuya gestión deportiva es de su amigo (Agustín) Lozano, es llegar a un equipo que le está dando plenos poderes a Cueva”, apuntó García, sugiriendo que el futbolista podría tener voz determinante en asuntos dirigenciales.

¿Christian Cueva influenciaría en los refuerzos de Juan Pablo II?

La idea fue reforzada minutos después con una comparación particular sobre el rol que adquiriría el volante dentro de la institución. “Yo creo que los refuerzos los va a ver Cueva y el técnico lo va a ver Cueva. Yo creo que le han dado las llaves a Cueva. Firma acá. Así como cuando arriendas un lugar, tú firmas y te dan dos juegos de llave”, expresó, dejando entrever que el club habría delegado en él más control del habitual.

Pedro García profundizó luego en su percepción sobre el contrato y en el entorno que rodeará al futbolista, insinuando que no solo tendrá la titularidad asegurada, sino también un escenario cómodo para desempeñarse. “Yo creo que a Cueva, firmando por Juan Pablo II, no solamente le están ofreciendo un equipo en el cual jugar, ser titular, sino que además le ofreces... La directiva tiene poder, el equipo no está en Lima, de manera que estarás en Perú, pero no en Lima. Después, toma las llaves; después, hablemos mañana para designar al técnico”, indicó.

Finalmente, el comunicador advirtió que esta etapa podría representar el tramo final de la carrera de Christian Cueva, dependiendo de su compromiso y continuidad. Recordó lo ocurrido con Paolo Guerrero en Vallejo como un ejemplo negativo que el volante debería evitar. 

“Porque yo te puedo firmar que cuando las condiciones son esas, o sea, estrella que llega y gente que le abre la puerta diciéndole, ‘bienvenido, eres el número uno’, ahí hay una coordinación para el técnico. Casi que te voy a decir que Cueva va a elegir al técnico, y ojalá que sea bueno para que pueda haber algo más de Cueva y su epílogo como futbolista”, señaló, antes de cerrar con una reflexión escéptica: “Esto podría ser justamente el epílogo de Cueva como futbolista. Ojalá no le pase lo que a Guerrero en Vallejo, que va, se pone el shorcito, el polito y un día determinado dice, ‘no quiero jugar’. Ojalá que juegue y que juegue bien”.