Tras perder la clasificación para el Mundial: ¿cómo puede reorganizarse el fútbol peruano?

El fútbol peruano necesita una reestructuración tras no clasificar al Mundial. Estas son las claves para su reorganización y futuro competitivo.

El fútbol peruano busca reestructurarse tras quedar fuera del Mundial. Foto: Shutterstock
El fútbol peruano busca reestructurarse tras quedar fuera del Mundial. Foto: Shutterstock

El fútbol peruano necesita una reestructuración tras no clasificar al Mundial. Estas son las claves para su reorganización y futuro competitivo.

Contenido patrocinado.

Las lágrimas se han secado, los titulares ya se han escrito, pero las preguntas siguen ahí. Perú ha perdido la clasificación para el Mundial de 2026 y ahora se encuentra en una encrucijada que significa mucho más que el simple análisis de unos cuantos partidos perdidos.

Se trata de estructuras, cantera, finanzas y el alma del fútbol en el país. Una mirada al pasado muestra dónde están los problemas, una mirada al futuro muestra qué oportunidades podrían surgir de esta crisis.

Un amargo fracaso: por qué Perú no se clasificó para el Mundial de 2026

Las cifras hablan por sí solas. Perú terminó la clasificación sudamericana en noveno lugar de diez, con solo doce puntos en toda la campaña, sin perspectivas de llegar a la repesca y, por lo tanto, con una eliminación temprana. Las derrotas contra sus rivales directos fueron especialmente dolorosas. El 0-1 contra Paraguay acabó con las últimas esperanzas, mientras que el claro 3-0 contra Uruguay puso de manifiesto sin piedad las diferencias de clase.

El entrenador Jorge Fossati tuvo que dimitir en enero de 2025, tras solo una victoria en doce partidos, la confianza se había esfumado. Así, su nombre se suma a la lista de entrenadores que han fracasado por los mismos problemas estructurales. Los aficionados recordaron inevitablemente el Mundial de Rusia 2018, cuando Perú volvió a participar en un torneo tras décadas de ausencia. Este recuerdo parece casi surrealista hoy en día, a la vista de los últimos resultados. Por lo tanto, la mala racha deportiva no se puede explicar por un mal día. Es el resultado de una evolución que se ha ido gestando durante mucho tiempo y que ahora se ha hecho evidente.

Dinero, patrocinadores y el difícil camino hacia una mayor estabilidad financiera

Sin recursos financieros no se puede construir un sistema sostenible. Actualmente, la selección nacional cuenta con el apoyo de grandes marcas como Repsol y SKY Airline, pero eso no es suficiente para asegurar los cimientos de todo el fútbol. El patrocinio se limita a menudo a la selección nacional A, mientras que los programas juveniles o los clubes amateurs apenas se benefician.

Un campo controvertido es el de los juegos de azar. En los últimos años, Perú ha reducido considerablemente el mercado ilegal y ha creado un marco regulatorio. Esto abre potencialmente nuevas fuentes de ingresos para la federación, pero al mismo tiempo conlleva riesgos, ya que la imagen del fútbol no debe estar indisolublemente ligada al juego. Sin embargo, sigue siendo una realidad que los proveedores de apuestas deportivas o de ruleta online se encuentran entre los mayores patrocinadores del fútbol a nivel mundial, y no se puede descartar que Perú también siga este camino de forma más intensa.

Lo decisivo será cómo se utilicen los fondos. En lugar de tapar agujeros a corto plazo, se necesita una estrategia a largo plazo que dirija los ingresos hacia la cantera, la formación de entrenadores y las infraestructuras. Solo así se podrá evitar que se repitan los mismos problemas en la próxima fase de clasificación.

Las debilidades estructurales ya no se pueden negar

El fútbol peruano no solo sufre dentro del campo, sino también fuera de él. La falta de promoción de las nuevas generaciones es un punto delicado desde hace años. Mientras que en los países vecinos se forma sistemáticamente a los talentos y se les promueve en academias profesionales, en Perú falta un concepto uniforme. A menudo, es el azar el que decide si un jugador con talento llega al fútbol profesional.

A esto se suma la insuficiente infraestructura. La retirada de la organización del Mundial Sub-17 de 2023, que inicialmente debía celebrarse en Perú, fue un reconocimiento público de que simplemente no se disponía de los estadios y centros de entrenamiento necesarios. La señal fue devastadora, ya que dejó claro que en el país ni siquiera se dan las condiciones adecuadas para las nuevas generaciones.

La dirección de la federación nacional de fútbol también es objeto de críticas recurrentes. La ineficiencia, las luchas de poder y la falta de transparencia roban energía que debería destinarse al desarrollo deportivo. En comparación con Ecuador, que ya se ha clasificado varias veces para el Mundial con una generación de gran talento, Perú parece un club sin plan. Incluso Uruguay, con una población mucho menor, demuestra cómo un marco estructural claro permite alcanzar el éxito deportivo.

Sin talento no hay futuro: la promoción de la juventud como clave para el futuro

Suena a tópico, pero sin talento no se puede ganar nada en el fútbol. Perú ha dado grandes jugadores que han dejado huella en Europa o Sudamérica, pero no se puede hablar de un flujo continuo de jóvenes talentos.

La solución podría ser la creación sistemática de academias. Los programas escolares, las competiciones regionales y la cooperación con clubes europeos serían formas de descubrir y formar a los jóvenes jugadores desde una edad temprana.

El ejemplo de Brasil demuestra que una amplia base de jugadores jóvenes es la base del éxito duradero. Ecuador también demuestra que, con un plan claro y un apoyo constante, es posible lograr un auge en pocos años.

Para Perú, sería un gran alivio invertir por fin en esta dirección. En lugar de seguir apostando por los viejos héroes, la federación debería poner en primer plano a una nueva generación que no solo brille en partidos individuales, sino que constituya la base de una selección nacional estable.

Entre la crisis y el cambio: qué caminos se ofrecen ahora

Por muy sombrío que parezca el panorama actual, la situación también ofrece oportunidades. Un cambio de entrenador siempre ofrece la posibilidad de dar un nuevo impulso. Sin embargo, es más importante que este impulso no solo tenga un efecto a corto plazo, sino que se integre en un concepto a largo plazo.

A corto plazo, se tratará de volver a ser competitivos; a largo plazo, de sentar unas bases que no se tambaleen con cada clasificación. La crisis puede ser dolorosa, pero también es una llamada de atención. Perú tiene la oportunidad de reinventarse, y eso es precisamente lo que determinará si la selección nacional volverá a formar parte en el futuro de la mayor fiesta futbolística del mundo.

 

La participación en juegos de azar puede generar adicción. Juegue con responsabilidad. Contenido no apto para menores de edad.