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Jude Bellingham anota el mejor gol de la Eurocopa e Inglaterra clasifica a cuartos de final

Inglaterra superó en el tiempo suplementario a Eslovaquia y clasificó a cuartos de final.

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Inglaterra sufrió más de la cuenta para clasificar a cuartos de final de la Eurocopa. Foto: EFE
Inglaterra sufrió más de la cuenta para clasificar a cuartos de final de la Eurocopa. Foto: EFE

Inglaterra superó en el tiempo suplementario a Eslovaquia y clasificó a cuartos de final.

Al borde de la eliminación, en la agonía, en el aparente último aliento de un ciclo, una chilena de Jude Bellingham forzó la prórroga en el minuto 95, un cabezazo de Harry Kane culminó la remontada a los 50 segundos del tiempo extra e Inglaterra resucitó de repente en la Eurocopa 2024 contra Eslovaquia, por fe, por ímpetu y por ambición, cuando percibió su destino hacia el abismo.

Un desenlace increíble cuando apenas quedaban un par de jugadas para el final, después de una hora y media de intrascendencia absoluta del media punta del Real Madrid, que apareció de la nada para vestirse de héroe salvador del equipo, directo a enfrentarse a Suiza en los cuartos de final del 6 de julio en Dusseldorf. Una hazaña. También un milagro, completado por Kane en cuanto el juego se repuso en marcha para media hora extra.

Es un resurgir del conjunto inglés. Pero también un despertar. En ninguno de sus tres encuentros anteriores, incluso en una hora del choque de este domingo en los octavos de final, había demostrado nada de lo que sí puso de manifiesto después, cuando se vio contra las cuerdas, cuando se rebeló contra los sistemas, las estructuras y las tácticas, sin red a por el empate, renacido el equipo y Southgate. Por Bellingham y por Kane.

Porque los síntomas de Inglaterra eran evidentes toda la primera fase. Hasta el aspecto optimista que extrajo el técnico del último empate a nada contra Eslovenia era insostenible. Simplemente, un anticipo de todo lo que pudo pasarle en octavos. Cuando el partido es tan definitivo, la mejor versión es la única certeza.

Y el bloque inglés continuó lejos... Pero sobrevivió. Y eso la hace aún más peligrosa para desafíos inmediatos. Ha visto el fracaso de frente, lo ha sentido y lo ha esquivado.

El nombre de Eslovaquia, por ejemplo derrotada por Ucrania en la fase de grupos, no intimidaba. La apertura de un horizonte que consideraba tan despejado el grupo británico, sin Alemania, España, Francia o Portugal a la vista hasta una hipotético (y ya imposible) final, ofrecía un panorama mucho más complaciente que la realidad.

Ni Kane Ni Bellingham ni Foden ni Saka... Hasta la traca final. Llama la atención como tales futbolistas suman tan poco cuando recrean juntos sobre el terreno de juego un ataque envidiado por cualquiera.

Y aún más como un delantero como Kane entra tan poco en la transición, en el juego de espaldas, en la figura de '9' que descarga, adelanta, desahoga y atosiga a la zaga contraria. Es incomparable su juego con el Tottenham antes o el Bayern ahora con Inglaterra, hasta que desató en la parte final, cuando relanzó a sus compañeros.

Su defensa tampoco funcionó. Da igual Stones o Guéhi, cargado de una amarilla a los tres minutos. El primero se equivocó en el 0-1, en ir a por un salto al que no debía haber ido jamás. Liberó a Strelec. Jugador del Spezia, Serie B en Italia, la controló, se giró, esperó a la llegada de Ivan Schranz y lo lanzó hacia el gol. Tercer tanto de Eslovaquia en Alemania, tercero del atacante del Slavia Praga y sexto gol como internacional en 26 choques.

Él dinamitó los pronósticos allá por el minuto 25. A nadie le extrañó. Sólo fue una simple consecuencia de lo visto sobre el terreno. Eslovaquia miró de tú a tú a Inglaterra en todo ese recorrido. Sin un solo complejo. Se sintió capaz de presionarla, de ganarla cada segunda jugada y de comprometerla en cada contragolpe. Lo hizo con toda la naturalidad del mundo. No le bastó en el arreón final.

Antes del gol, amonestados ya en Inglaterra Guehi, Mainoo y Bellingham en tan solo cuarto de hora, Haraslin reventó sin tino la estructura inglesa. Primero, con otro movimiento extraordinario de Strelec ante Stones, que culminó con unos centímetros de desvío. Después, en otra carrera a la espalda de Kyle Walker que despejaron a duras penas entre Mainoo y Rice, los dos medios centros con los que contó este domingo de inicio Southgate.

En una posesión al descanso del 74 por ciento, Inglaterra atacó casi lo mismo que Eslovaquia en la primera parte. Ni siquiera tiró a portería. Su primer amago fue un intento de remate de Kane. El siguiente una volea fuera de Mainoo. Ambos antes del 0-1. Después,. apenas nada más, por más que Eslovaquia replegó expectativas. El impulso de Southgate con el gol en el minuto 25 fue mandar a calentar a cuatro hombres, entre ellos Cole Palmer.

Ninguno salió al campo al descanso. Southgate dio otra ocasión a los suyos, a los jugadores con los que ha insistido casi en cada lance (con la variación única del medio centro, de Alexander-Arnold a Gallagher y después a Mainoo), que entonces sí dieron la cara. En su arrebato de orgullo, en la liberación que supone jugar para ganar, por primera vez por detrás en el marcador en esta Eurocopa, el conjunto inglés fue, por fin, opresivo.

No empató antes por una mera torpeza de Foden, el mejor futbolista de la última 'Premier'. Se adelantó a un pase de Trippier en el que sólo tenía que empujar el balón al gol. Impropio de su nivel. El origen del desborde, de la mejor jugada hasta entonces del duelo de Inglaterra, fue sencillo: conectar con Kane de espaldas. Él se giró e hizo jugar al resto. Lo necesita.

Ya había sido abroncado el equipo por su afición en el enésimo pase atrás. El gol anulado, en cambio, lo reencontró con su conjunto. Sintió, por fin, la capacidad de su selección en Alemania 2024, lanzada a por el empate. También expuesta a todo. Walker jugó con Stones, que no se enteró; el balón rodó hacia Strelec, que divisó a Pickfor adelantado. Otro susto.

Realmente, hasta entonces, ni siquiera más allá después, Dubravka, el portero eslovaco, no hizo ninguna parada más que los córner directos que propagaron de vez en cuando la amenaza a balón parado sobre su portería. En una hora de partido. Necesitaba un giro Inglaterra. Lo buscó Southgate en Palmer, el habilidoso goleador del Chelsea esta temporada, al que no dio recorrido hasta el tercer encuentro. Pero fue más la ambición.

Sin ataduras, sin nada que perder, fue de verdad Inglaterra. El último remate de Kane, el tiro lejano de Stones contra el poste... Y el gol de chilena de Bellingham, de repente, ya en el minuto 95, en un saque de banda que quizá Eslovaquia jamás debió conceder. Al borde del fracaso, para promover la prórroga en un ejercicio de supervivencia, ganador en esa vorágine con un testarazo fácil de Kane a los 50 segundos de la prórroga. Ya espera Suiza. Ha renacido Inglaterra, que terminó resguardado en su área.

Ficha técnica:

  • Inglaterra: Pickford; Walker, Stones, Guéhi, Trippier (Palmer, m. 65); Rice, Mainoo (Eze, m. 84); Saka, Bellingham, Foden (Toney, m. 94); Kane.
  • Eslovaquia: Dúbravka; Pekarík (Tupta, m. 109), Vavro, Skriniar, Hancko; Kucka (Bero, m. 82), Lobotzka, Duda (Benes, m. 81); Schranz (Gyomber, m. 93), Strelec (Bozenik, m. 61), Haraslin (Suslov, m. 61).
  • Goles: 0-1, m. 25: Schranz. 1-1, m. 90+5: Bellingham. 2-1, m. 91: Kane.

PREVIA

Aplaudido en su estreno ante Serbia, con un gran gol decisivo que recibió la admiración del planeta fútbol, la puesta en escena de Jude Bellingham se ha diluido a lo largo del resto de la Eurocopa y este domingo, en los octavos de final que disputarán Inglaterra y Eslovaquia, se espera que la estrella del combinado británico retome el pulso a una competición que exige más protagonismo al jugador del Real Madrid.

Alineaciones confirmadas:

  • Inglaterra: Pickford, Walker, Stones, Guéhi, Trippier, Mainoo, Rice, Saka, Foden, Bellingham, Kane.
  • Eslovaquia: Dúbravka, Pekarík, Vavro, Skriniar, Hancko, Lobotka, Duda, Kucka, Haraslin, Strelec, Scharanz.

Ha llegado la hora de la verdad para Bellingham, que ya escucha de fondo las clásicas voces del entorno de Inglaterra que, con sus lenguas afiladas, critican a todo jugador que emita señales erráticas en tiempos de crisis. Y, justo en ese momento, Inglaterra se encuentra en una situación no crítica pero sí dubitativa, provocada por un fútbol marcado por la irrelevancia, la falta de identidad y el sopor. De claro favorito antes de la Eurocopa, ha pasado a ser unas más de las grandes selecciones que ha caminado sin pena ni gloria por la fase de grupos.

En ella, Inglaterra cumplió frente a Serbia. Y gracias. El cabezazo de Bellingham que dio la victoria al conjunto británico (0-1) escondió durante algunos días todas sus carencias mientras el centrocampista del Real Madrid acaparaba focos. Sin embargo, la realidad desnudó al equipo de Southgate, que no pasó del empate ante Dinamarca (1-1) y Eslovenia (0-0). Sus aficionados, tras el tercer envite, acabaron hartos y despidieron con silbidos a sus jugadores.

Muchos han sido criticados. El primero, Southgate, que metió la pata antes del inicio de la Eurocopa en una entrevista en la que anunció su adiós después de ocho años si no ganaba el torneo. Esas declaraciones no ayudaron nada, ni tampoco su experimento a la hora de buscar un acompañante en el centro del campo para Declan Rice. Apostó por Trent Alexander-Arnold, un lateral derecho, y naufragó en los dos primeros partidos. Tampoco funcionó en el tercero Conor Gallagher y para enfrentarse a Eslovaquia ya mira de reojo al banquillo,

Allí esperan su oportunidad dos jugadores jóvenes y descarados: Kobbie Mainoo, 19 años y mediocentro del United. Y Cole Palmer, 22 años y desatado esta temporada en el Chelsea con 25 goles y 15 asistencias. Ambos jugaron un rato en el último partido de la fase de grupos y cambiaron a Inglaterra, que ofreció otra cara con la aparición de sus jugadores. Ahora, Southgate deberá decidir si continúa con su bloque aburrido y previsible o si da un giro a Inglaterra con la aparición en el once de Mainoo y Palmer.

Pero deberá ser Bellingham, de quien dicen que es un aspirante a ganar el Balón de Oro, quien dé un paso al frente. Si quiere pelear por ese galardón, ahora es el momento. Eslovaquia debe ser su víctima y mostrar más voracidad. Aunque, eso sí, no lo tendrá fácil, porque su rival ha demostrado que es capaz de dar sorpresas donde nadie las espera.

El equipo dirigido por el italiano Francesco Calzona, ya fue capaz de ganar a Bélgica (0-1) en la fase de grupos y de empatar con Rumanía (1-1). Perdió ante Ucrania (1-2), pero demostró que tiene hombres lo suficientemente peligrosos como para dar un susto a cualquiera. Ahí están Stanislav Lobotka, Ivan Schranz o Juraj Kucka. El primero dirige el juego con maestría, el segundo ejecuta (dos tantos) y el tercero asiste (dos pases de gol). Sin lesionados ni sancionados, Eslovaquía intentará sorprender a Inglaterra, que mira de reojo a Bellingham para dar un golpe encima de la mesa.

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