España elimina a Alemania con polémica: la Roja está en semifinales de la Eurocopa
España derrotó dramáticamente a Alemania y se metió entre los cuatro mejores de la Eurocopa.

España derrotó dramáticamente a Alemania y se metió entre los cuatro mejores de la Eurocopa.
Un testarazo de Mikel Merino en el minuto 119, directo a los momentos de mayor gloria de la historia de la selección española, derribó el muro del anfitrión con épica, cuando todo estaba en su contra y asomaban los penaltis, tras ser igualada en el minuto 89 por el empuje alemán, después de cambiar su identidad por la resistencia antes de provocar el adiós al fútbol de Toni Kroos.
España no tiene techo y salió ilesa del partido de mayor sufrimiento en el torneo para ganarse el máximo respeto del mundo del fútbol tumbando al anfitrión. Con un peaje caro para semifinales entre lesiones y sanciones. Amparada en su juego atrevido de inicio, sufriendo siendo dominada pero jamás tumbada en el segundo acto, con un físico que le acabó impulsando al éxito en la prórroga y ese factor fortuna tan necesario en la máxima igualdad.
El destino futbolístico, tan caprichoso, emparejó en cuartos a las dos selecciones que mejor fútbol exhibieron en la Eurocopa. Una 'final anticipada' como se definió en Alemania, donde se sintió el respeto que vuelve a provocar España en los rivales. Por grandes que sean. La vara de medir no podía ser de mayor exigencia para un grupo joven -25 años de media- que compite derrochando confianza en sí mismos.
La herencia de aquella generación de oro que destrozó barreras a la actual, que compitió con grandeza cuando otros empequeñecen y superó el gran reto de tumbar a Alemania ante su afición. Un duelo futbolístico con grandes similitudes. Equipos valientes, intensos, con jerarquía en la medular y potencial en las bandas, que castigan al rival cuando tienen espacios. Encontrar el equilibrio entre el temor y la valentía sería un impulso al éxito.
Y si algo ha caracterizado a España en la Eurocopa 2024 fue su descaro. El que provocó que lejos de temer el arranque de furia alemán ante su afición, dejase un primer aviso a los 52 segundos. La aparición de Nico Williams, la descarga de Morata y el disparo seco de Pedri que sacó Neuer.
El camino más corto para frenar el virtuosismo suele ir asociado a la dureza. Capaz de desfigurar al futbolista menos pensado. La intensidad mal entendida en un primer golpe a Cucurella, representada en una entrada desmedida de Kroos que para frenar un contragolpe lesionó a Pedri. Ni amarilla. Un freno al impulso inicial español. Otra mala noticia para la carrera de un futbolista frenado por las lesiones.
Apareció Dani Olmo, única duda previa en un once tan fijo que se convirtió en el primero que repite De la Fuente en el cargo, para el que estaba reservado un momento de gloria que se ganó a pulso. España ganaba vértigo y debía demostrar que no perdía efectividad con una posesión que ya no importa ganar. Exigida al máximo por la intensidad alemana, cuyo peligro apareció por las bandas, pero acabando jugada cada vez que llegó. Una falta rasa de Yamal cerca del poste. Un zurdazo arriba de Fabián.
El peligro estaba en la transición, en el castigo a la pérdida. Cuando Alemania dejó de lado su dureza y recordó sus virtudes, metió miedo. El centro de Kimmich encontró el testarazo sin oposición de Havertz a las manos de Unai como primer aviso. Cada balón parado de Kroos al grito de 'Toni, Toni' en una grada que no quería su adiós, intercambió el dominio.
Siempre con desconfianza porque la amenaza española era continua con las carreras al espacio de Yamal y Nico, los extremos de moda que se crecen en la exigencia. Desbordó Nico, impreciso en el último pase, se divirtió Lamine ajeno a los focos. De la Fuente pidió calma porque la imprecisión con balón sería castigada si era repetida. Había perdonado Alemania en una, tras balón largo de Rüdiger a Havertz que mató el esférico y probó con su disparo el día de Unai Simón.
En ese intercambio de dominio en un duelo majestuoso, España se adueñó del balón para cerrar amenazando el primer acto y metiendo el miedo a presionar arriba al rival. Un disparo lejano de Yamal que fue decisivo en el arranque con dos lecturas perfectas. Filtrando primero un balón a Morata, de nuevo perdido en la batalla y falto de remate. En acción de 9, recibiendo de espaldas, girándose y perdonando con todo para marcar.
No lo hizo de primeras Dani Olmo cuando un niño de 16 años se adueñó de un partido de hombres. La pidió, levantó la cabeza, atrajo rivales y la puso a la llegada de un cañón inalcanzable para Neuer. Minuto 52, 'pronto' para encerrarse, listo para aguantar el chaparrón de un anfitrión herido que no contemplaba una despedida en cuartos de su torneo.
El ejercicio de resistencia encontró a Laporte y Carvajal como bastiones defensivos. Al intento una y otra vez alemán, sin descanso, con el aliento de la grada, repleto de orgullo, no le acompañó la respuesta española al contragolpe. Perdonaron Yamal y Nico con malas lecturas antes de dejar el campo. Antes de tiempo si De la Fuente hubiese tenido una bola de cristal.
Porque su equipo se rompía pese a los intentos de sujetarlo de Rodri y Fabián. Cucurella sufría como nunca sin ayudas, superado en cada balón aéreo por falta de centímetros, Nacho achicaba agua como podía. Un intento precedía a otro. Sin apenas exigencia en el remate a Unai, salvo con un disparo de Andrich, y cuando el factor fortuna parecía decantarse hacia el lado español.
Wirtz estaba desatado. Aparecía con peligro por cualquier zona del campo. Sintió debilidad en el costado de Cucurella y desde ahí puso el pase tenso a la llegada de un tanque al que había recurrido Nagelsmann. Füllkrug, incomodado por Nacho, se estrellaba con la madera. El agua llegaba al cuello y Unai no ayudaba. Impreciso en cada saque con las manos lo extendió con los pies para dejar en bandeja el empate a Havertz que perdonó con el balón picado cerca del larguero.
A España le faltó oficio para saber cerrar el partido, expuesta sin balón, castigada en el momento más doloroso, en el minuto 89, cuando el enésimo salto perdido de Cucurella a un centro al área, lo ganó Kimmich y encontró la calidad de Wirtz para enganchar a bote pronto un disparo que besó la madera antes de premiar el esfuerzo en la red.
España debía buscar la proeza en la prórroga sin la identidad con la que enamoró en la Eurocopa. Sin sus extremos descarados, cuando De la Fuente había introducido contención con Mikel Merino, a Ferran y Oyarzabal como nuevas amenazas. Aunque el respiro alemán en el primer acto de la prórroga permitió volver a crecer a España. Cuando el infarto en la grada cambiaba de bando si el disparo acariciando la madera era con de Oyarzabal o de Wirtz.
El desgaste físico grandioso de Alemania para alcanzar el nivel que le exigió España le pasó factura. Y cualquier queja arbitral española se enterraba cuando el colegiado inglés no interpretó como penalti una mano despegada del cuerpo de 'Cucu' que cortó el disparo de un desaparecido Musiala.
Fue cuando resucitó Dani Olmo para poner un balón de oro, suave, al salto con potencia de Mikel Merino y un testarazo repleto de gloria. España le había devuelto la moneda a su rival. En el último minuto. Después de un paradón de Unai Simón a Füllkrug y un nuevo intento del gigantón alemán sin éxito. Era el final más doloroso de Kroos, leyenda eterna, ante su gente, cediendo ante una España sin techo.
Ficha técnica:
2 - España: Unai Simón; Dani Carvajal, Laporte, Le Normand (Nacho, m.46), Cucurella; Rodri, Fabián (Joselu, m.102), Pedri (Dani Olmo, m.8); Lamine Yamal (Ferran Torres, m.63), Nico Williams (Mikel Merino, m.79); y Morata (Oyarzabal, m.79).
1 - Alemania: Neuer; Kimmich, Rudiger, Tah, Raum (Mittelstadt, m.57); Emre Can (Andrich, m.46), Kroos; Sané (Wirtz, m.46), Gundogan (Füllkrug, m.57), Musiala; y Havertz (Anton, m.91).
Goles: 1-0, m.52: Dani Olmo. 1-1, m.89: Wirtz. 2-1, m.119: Mikel Merino.
Árbitro: Anthony Taylor (ING). Amonestó a Rüdiger (13), Raum (27), Andrich (56), Kroos (67), Mittelstadt (73), Schlotterbeck (89), Wirtz (94) y Undav (113) por Alemania; y a Le Normand (30), Ferran Torres (74), Unai Simón (82), Carvajal (100), Rodri (110), Fabián (120) y Morata (120) por España. Expulsó a Carvajal por doble amonestación (100 y 121).
Incidencias: encuentro de cuartos de final de la Eurocopa 2024 disputado en el Stuttgart Arena lleno, con 54.000 espectadores en una grada con mayoría alemana, con unos 10.000 aficionados españoles. Presidió el encuentro en el palco de honor el presidente del gobierno español Pedro Sánchez, junto al canciller alemán, Olaf Scholz. EFE
PREVIA
Desafiando al pasado, sin atender a la historia que devuelve a escena la incapacidad de España para superar a ningún anfitrión de un gran torneo. Con el descaro por bandera que representan dos nuevos referentes, Lamine Yamal y Nico Williams, y confiando en el fútbol que volvió a situarla entre las favoritas, aparece en cuartos de final el gran reto. Alemania en Stuttgart y el posible 'último baile' de Toni Kroos. SIGUE EL MARCADOR EN VIVO AQUÍ.
En su caso último pase. Porque el nombre de Kroos traerá el recuerdo del futbolista más fiable con balón. La capacidad para generar fútbol en corto y en largo con la misma precisión. Una leyenda que decidió cuando y como irse. Lo hizo a lo grande en el Real Madrid, ganando una nueva 'Champions'. Y regresó a su selección para poner el broche en su país, aumentando el poderío de una Alemania renacida.
Pero también lo ha hecho la España de Luis de la Fuente, ya ganador en la Eurocopa 2024, ocurra lo que ocurra en un duelo repleto de grandeza que muchos interpretan como 'final adelantada' al ser las dos selecciones que mejor juego desplegaron. El seleccionador español ha reivindicado su mano de entrenador. Apuestas claras que le salieron bien. Retoque a un estilo para hacer más directa y divertida a España. Paso al joven talento con el mérito de que jueguen con confianza, ajenos a la presión de los grandes escenarios.
Así llega España a una cita imponente. Con descaro y confiando plenamente en su fútbol. Siendo contundente en las dos áreas, un punto clave para el éxito. Segunda más goleadora, tras Alemania, con nueve tantos. La que menos encajó. Un único gol y se lo metió en su propia puerta. Ni uno solo concedió en los cuatro partidos a sus rivales. Tumbando con pegada a Croacia, atropellando con fútbol a Italia, cumpliendo el trámite de Albania y remontando con poderío a Georgia, ya en octavos.
España llevaba doce años sin superar un cruce con un triunfo en 90 minutos. Siempre prórrogas, la mayoría de las ocasiones penaltis. El mismo pasado del que se desentiende la actual generación que disfruta del fútbol y hasta encontrarse con todo en contra en casa del anfitrión, se divierte en cada encuentro. Eléctrico con los dos extremos convertidos en sensación de la Eurocopa, con dos pilares como Rodri y Fabián que lo sostienen todo. Ya más necesitado de Pedri y Álvaro Morata donde se deciden encuentros igualados.
"Atacar como un equipo grande y defender como uno pequeño". La frase es de Rodri y define a una España comprometida en el esfuerzo. Con oficio, pese a su media baja de edad de 26 años en su equipo titular (28.9 la de Alemania). En un encuentro que mide si tiene techo, la madurez futbolística de unos futbolistas que ya ganaron la Liga de Naciones y que encaran un desafío mayor.
Interpretando bien hasta el momento lo que demandó cada partido, salvo cinco minutos de duda tras encajar ante Georgia que mostraron ciertas carencias en el repliegue que pueden ser letales ante un rival de la grandeza de Alemania. Las ha estudiado Luis de la Fuente que aseguró que haría algún retoque en su once tras octavos pero cuesta decidir donde.
El debate, si es que existe alguno, está entre Pedri y Dani Olmo, más vertical y con más disparos a puerta del rival. Poder cambiar roles y el papel de revulsivo. Hasta ahora el isleño fue titular, salvo el día de rotación masiva ante Albania, y no estuvo más de una hora sobre el césped. La situación puede voltearse. No parece que vaya a hacerlo en el lateral izquierdo, con Cucurella como gran revelación pero Alejandro Grimaldo pidiendo paso en el país donde se convirtió en el carrilero del curso. Y si Aymeric Laporte no sufre ningún peligro muscular mantendrá su plaza, con Nacho preparado para ocupar su sitio si existe el menor riesgo.
Extramotivada por ser la anfitriona, jugando en estadios llenos de camisetas blancas y gargantas entregadas, con más presión que ninguna otra por la misma razón y con la última victoria de partido oficial ante España en 1988 como ejemplo a seguir, Alemania encara los octavos de final con pocas dudas en el once, pero con la mirada puesta en un jugador, Toni Kroos, que podría estar ante su último partido como futbolista profesional.
Él está convencido de lo contrario -"no creo que sea mi último partido", dijo en ruda de prensa el miércoles- y hará lo posible para evitarlo. ¿Cómo? Siendo, como siempre, el cerebro de Alemania. Líder indiscutible en el centro del campo, su vuelta a la selección ha supuesto una mejoría notable. Es un equipo más equilibrado y más peligroso gracias a Toni, acompañado en la medular por Andrich. También más efectivo, siendo el equipo más goleador en lo que va de torneo con 10 dianas, perseguido por las 9 de España. Si la Roja no logra ponerle freno, estará en problemas.
Solo la presencia de Leroy Sané o de Florian Wirtz inquieta a la afición germana, descolocada en ese sentido, dividida entre ambas opciones para el once. Parte con cierta ventaja en el once un Sané que ya ante Dinamarca, en los octavos de final, le ganó la partida a Wirtz, suplente pero agitador desde el banquillo. Intentará aprovechar Julian Nagelsmann la velocidad de Sané para convertir en una amenaza las posibles contras o jugadas en largo para evitar la alta presión de los de Luis de la Fuente.
El que es intocable en el once es Jamal Musiala, peligro principal de la 'Mannschaft', condicionado a caer al lado izquierdo de la ofensiva germana con la titularidad de Sané, emparejado con Carvajal, pero con la libertad absoluta de aparecer entre líneas y generar superioridades con Ilkay Gundogan, fijo como enganche, amenaza constante en el borde del área, experto llegador y oportunista del gol.
Con Kimmich en el lateral derecho, en una vuelta algo agridulce al lateral derecho la no ser tan efectiva, será Raum el que actúe en el carril izquierdo, elegido por delante de Mittelstadt. En el centro de la zaga, con Rudiger como mariscal, convertido en un arma secreta de la construcción del juego de Nagelsmann, pues es el central que más pases filtra al último tercio con éxito (93%), será Tah el que se haga con el puesto titular en lugar de Schlotterbeck.
Arriba, el encargado del gol volverá a ser Havertz, elegido siempre por delante de Fullkrug. En la segunda mitad, Nagelsmann podrá contar con una de sus cartas más usadas en lo que va de torneo, un Emre Can que llegó a la convocatoria de casualidad, pero que se ha convertido en el jugador número 12. Acusando unas molestias musculares estos últimos días, se entrenó con normalidad y estará disponible para el trascendental duelo.
En Stuttgart, ante casi 55.000 aficionados, en su gran mayoría locales, Alemania buscará la redención, volver a ganar a España tras 36 años sin hacerlo en partido oficial. Caer en cuartos de su propio torneo volvería a ser otra mancha negra en la historia reciente de una selección que quiere volver a lo más alto. EFE