Eurocopa

Por: Agencia EFE • Futbolperuano.com

Italia venció 4-2 en penales a España y avanzó a la gran final de la Eurocopa 2021

Italia venció a España en tanda de penales y jugará la final de la Eurocopa 2021.

Actualización
Italia avanzó a la gran final de la Euro 2020. Foto: EFE
Italia avanzó a la gran final de la Euro 2020. Foto: EFE

Italia venció a España en tanda de penales y jugará la final de la Eurocopa 2021.

EFE.- Italia jugará la final de la Eurocopa tras eliminar a España en una tanda de penales en la que fallaron Dani Olmo y Álvaro Morata. La selección de España, que había logrado igualar el tanto inicial de Federico Chiesa por medio de Morata, se desmoronó en la tanda de penales. Empezó fallando Olmo, Unai Simón paró a Locatelli, pero Italia no falló más y Morata erró el cuarto, propiciando que Jorginho sentenciara desde los once metros.

Esta vez salió cruz. La fortuna dio la espalda o la falta de acierto dio la cara en una tanda de penaltis que castigó el mejor partido de España en el torneo. Un equipo con identidad que no encuentra techo, que ya había cumplido las expectativas y se ha vuelto a ganar el respeto del mundo del fútbol en un rodaje para el Mundial de un grupo de futbolistas que regresan a casa con la cabeza alta.

España acarició la excelencia como al balón en un duelo de alta escuela. Ganó el fútbol en el enfrentamiento de dos bloques sin una estrella de referencia. Dos equipos que crecen desde el balón y batallaron por adueñarse de él. Una misma idea con mejor interpretación de la posesión de España pero mayor sensación de peligro italiana, con dinamita arriba.

Luis Enrique ya es el ganador. Daba igual el resultado. La Eurocopa le deja como el gran vencedor de España por la evolución de un grupo de jugadores que compiten sin complejos con una dirección impecable. La mano del entrenador en un grupo plagado de jugadores inexpertos en fases finales. Nadie dominó a una Italia intocable hasta que ellos desataron una lectura perfecta de la posesión. Ambas selecciones representan la máxima expresión futbolística de la presión. Ejecutada a la perfección.

Italia despejó las dudas con rapidez. No renunciaría a su estilo, en todo caso sería obligada a hacerlo. Su intención fue hacer pagar a España con su misma moneda. Presión alta y máxima intensidad era la consigna de Mancini. Marcaba el límite de la agresividad y provoca errores extraños en el equipo de Luis Enrique. Una perdida de Laporte en fase de salida, un balón a la grada de Unai. El partido demandaba en sus primeros compases la aparición de un futbolista con personalidad y ahí aparece Pedri, a sus 18 años, para dominar el mundo desde el balón. Pleno de acierto en 31 pases en el primer acto.

La experiencia de Busquets metió cloroformo al inicio de locura italiano. Superados los minutos de incertidumbre, España exhibió personalidad. El plan de Luis Enrique comenzó a funcionar. Líneas juntas, extremos abiertos, movilidad en la asociación, velocidad en el toque y una figura que dañó a Italia en cada balón que tocó: Dani Olmo. La sorpresa del seleccionador español pasaba por prescindir de un nueve de referencia para meter movilidad ante el centro de la zaga rival, veterana y de menor velocidad.

Y Olmo respondió con un partido para enmarcar en todas las facetas menos en la definición. A los 25 minutos, con todo para marcar, como si de un penalti se tratara, se topó con Donnarumma. Esa acción perdonada aumentó el respeto después de que Pedri sacase la varita para filtrar un pase mal controlado por la gran sorpresa del once español, Mikel Oyarzabal. Novedad junto a Eric García ante una 'azzurra' que apostó por Emerson ante la importante ausencia de Spinazzola.

El dominio español pasó a ser abrumador en todas las facetas del juego salvo en el área rival, sin la determinación necesaria para trasladar al marcador la superioridad. Ferran y Oyarzabal, siempre de fuera hacia dentro, dejaron los primeros avisos con sus disparos. Pero la igualdad de las grandes citas no entiende de errores y una mala salida de Unai acarició la catástrofe. Emerson medía mal el pase y Barella no pudo armar el disparo sin nadie en la portería.

En la lección de presión, consiguió España que el jugador rival que más iniciase jugada fuese Donnarumma. Provocó el error sin asestar el castigo entre intentos de Olmo, corriendo al ritmo que imprime Pedri pero siempre en vilo por la falta de seguridad en defensa. Sufriendo por la zona de Eric García, apareciendo Emerson para cerrar el primer acto con un disparo sacado por Unai que tocó en el travesaño.

Italia entendió que desde la posesión nunca sería superior a su rival y presentó un cambio de plan para el segundo acto. Propuso un partido de ida y vuelta, un intercambio de golpes repleto de valentía. España lo aceptó desde la seguridad que sentía en su mejor partido del torneo, sin pensar en los regalos que ha ido dejando en el camino.

Así cometió el primero, en un despeje de Laporte sobre Inmobile que avisó con un disparo cruzado. Era el momento Oyarzabal, dañando con el balón cosido al pie en los ida y vuelta, regalando la primera a Busquets, que rozaba el larguero con su disparo, y topándose con Donnarumma en la segunda. Fue cuando llegó el duro golpe de Chiesa a a hora de partido. Un disparo ajustado al palo, imparable, tras una acción repleta de velocidad que encontró el corte de Laporte a la espalda de Eric y un rechace que se convirtió en oro.

Por segunda ocasión en el torneo por detrás en el marcador, con media hora para evitar una injusticia deportiva. España no se detuvo en el lamento y se lanzó por lo que consideraba justo. Respondió con grandeza pese a lamentar contundencia, perdonando un centro medido de Koke a la cabeza de Oyarzabal y el enésimo intento de Olmo.

La perfecta lectura de Luis Enrique dejó un último movimiento que impulsó la reacción. Pasó a un 4-2-3-1 con doble pivote y Morata en punta. A tiempo de firmar su gol para la historia y evitar la derrota con el tanto que le convierte en el máximo artillero español en las Eurocopas. Rompiendo al espacio, asociándose con Olmo y definiendo con calidad para desatar la rabia acumulada con un arquero al estilo Kiko Narvaez.

El reencuentro con su pasado de Italia, con un equipo que renunció al ataque para defender el resultado, le jugó una mala pasada. No volvió a generar y quedó a expensas del acierto español en los últimos metros. Gerard Moreno no lo tuvo en la última del tiempo reglamentario antes de una prórroga en la que el cansancio rebajó la brillantez.

Es el momento donde el hambre de ganar debe imponerse al miedo a la derrota. Y España no cesó en su empeño, encontrando en una doble ocasión tras una falta de picardía de Olmo la única acción para marcar en la primera parte, pero le faltaron piernas para mantener su identidad. El susto se lo llevó en un tanto de Berardi anulado por fuera de juego antes de una nueva tanda de penaltis. La segunda consecutiva tras la tercera prórroga. Un camino con tanto sufrimiento como fútbol que en esta ocasión no pudo salvar el inicio de la tanda con parada de Unai. Los fallos de Olmo y el posterior de Morata sentenciaron a una selección sobresaliente. Italia extiende su racha sin perder a 33 partidos y espera rival para la gran final.

Previa

EFE.- Italia vs España se enfrentan este lunes 5 de julio a las 14:00 hora peruana (19:00 horas GMT) por la semifinal de la Eurocopa 2021. Dicho compromiso se llevará a cabo en el Estadio Wembley de Londres. Sigue el Italia vs España EN VIVO AQUÍ.

Puedes seguir el partido por la semifinal de la Eurocopa 2021 en vivo por DirecTV Sports, en el canal 610 y 1610 HD de DirecTV. Alejada de presiones, con el refuerzo de un crecimiento indiscutible en una Eurocopa que asienta bases de esperanza para un futuro inmediato y sin poner límite a su ambición, la renovada España con sello de Luis Enrique encara un reto mayor en Wembley, la Italia intocable y renacida, camino de récord mundial con 33 partidos sin perder, lanzada a por el título.

En un templo futbolístico como Wembley, el mismo escenario donde Luis Enrique inició su proyecto, mide la realidad del mismo tras volver a ganarse el respeto del mundo del fútbol e ilusionar a un país que se había desenganchado de su selección. La etapa dorada de España dio paso a nueve años de ilusiones infundadas. La difícil transición del éxito al intento convirtió la barrera de los octavos en una nueva realidad difícil de asumir.

Los moldes los ha roto un equipo tan rejuvenecido hasta presentar una media de 26 años y una mayoría inexperta en una fase final. Creció en la adversidad. Criticada la confección de Luis Enrique, golpeada de inicio por la COVID-19, condicionada por dos empates iniciales (Suecia y Polonia), y desatada desde que sintió cada partido como una final (Eslovaquia y Croacia). De la falta de contundencia a ser la máxima goleadora de la Eurocopa, dejó un récord con diez goles en dos encuentros que dispararon la ilusión en un país que no entiende de grises.

Las dudas, inexistentes para Luis Enrique, que ya califica con "sobresaliente" a su equipo, deben de resolverse para superar a Italia. La finura en la definición, la poca fiabilidad defensiva. Se superó ese partido de duda que presenta cada competición, en cuartos de final ante Suiza. El día que más se alejó España de su definida identidad y se reencontró con los males que le persiguen. Un gol regalado y falta de puntería. El sinsentido que en ocasiones deja la estadística. La selección más goleadora (12 dianas) sin un referente. Ninguno de sus jugadores superó dos tantos, ni una media de acierto buena en el remate. Hasta 27 para un solo gol. Y de rebote.

La regresión llevó al inicio del éxito, más en el deseo de equiparar una generación que en poco se parece a la que marcó la etapa de mayor gloria del fútbol español. Pero los penaltis de cuartos, un muro insuperable en el pasado, fue derribado por un grupo de futbolistas que heredó la pérdida de miedos. Compiten sin temor al fracaso. Así, la leyenda buscó herederos. De Iker Casillas a Unai Simón. De Cesc Fábregas a Mikel Oyarzabal. Una nueva tanda inolvidable. Como la de 2008. Justo ante Italia, en una herida que se agrandó con la exhibición de Kiev en 2012. La final de mayor diferencia.

Y así llega España a la gran cita de semifinales que mide a dos selecciones dominadoras del torneo. Apenas Inglaterra les supera en una estadística, la de goles recibidos. El duelo, convertido en clásico por cada reencuentro en Eurocopas, la cuarta consecutiva, mide a los dos equipos que más ocasiones generan y que más marcan. Con los de Luis Enrique imponiendo estilo desde la posesión abrumadora (67,2 por ciento de media), la más precisa en el pase y la que más alto roba gracias a una asfixiante presión.

La esperanza de encontrar al fin un rival que no modifica su identidad y espera en su terreno. El deseo de encontrar espacios para desatar su fútbol. Con las piernas más cargadas tras dos prórrogas y la ausencia de Pablo Sarabia en el tridente ofensivo por un problema muscular. Apareciendo Dani Olmo como la principal alternativa. Nunca repitió un once Luis Enrique y seguirá sin hacerlo. Los retoques bien podrían afectar al centro de la zaga, con la entrada de nuevo de Eric García por Pau Torres.

Cierto es que España solo venció dos partidos y uno de ellos en la prórroga. Tanto como que nunca saboreó la derrota en una semifinal de Eurocopa. El reto mayor lo representa una Italia que exhibe fortaleza y nueva mentalidad. Con pleno de triunfos en el torneo y 33 partidos sin conocer la derrota.

Regresa a Wembley, donde ya ganó a Austria en los octavos de final, con el único objetivo de firmar su pase a la final nueve años después. Por entonces dirigida por Cesare Prandelli, con Antonio Cassano y Mario Balotelli como encargados de dar chispa. Ahora, más que en las individuales, en el seleccionado de Roberto Mancini emerge el grupo, unido y en estado de gracia, y un fútbol atractivo y ofensivo casi inédito para los "azzurri".

La trabajada victoria contra Austria y el brillante triunfo de los cuartos contra Bélgica, número uno del ránking FIFA, liberaron a Italia de la presión y dispararon el entusiasmo de un equipo que se siente con capacidad de tutear a cualquiera.

Mancini apostará por el once que doblegó a Bélgica, con la única excepción de Leonardo Spinazzola, hasta el momento el mejor futbolista de Italia en la Eurocopa, que se despidió entre lágrimas tras romperse el tendón de Aquiles izquierdo. Le tocará a Emerson Palmieri, campeón de Europa con el Chelsea, sustituirlo en el lateral izquierdo.

El desafío de Álvaro Morata, convertirse en el máximo goleador español en las Eurocopas, se mide a dos centrales que conoce a la perfección. El capitán Giorgio Chiellini, líder de una defensa que apenas concede junto a Leonardo Bonucci. Otra de las fortalezas de la nueva Italia. Mientras, el brillo lo ponen desde el centro del campo Nicoló Barella, Jorge Frello "Jorginho" y Marco Verratti. La técnica de Lorenzo Insigne y la electricidad de Federico Chiesa acompañarán a un Ciro Immobile que busca reivindicarse en una noche grande, tras haber sufrido la presión en los últimos dos encuentros.