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Barcelona rescató empate en casa del Nápoli por la Champions League

Barcelona igualó ante Nápoli por el partido de ida en los octavos de final de la Champions League.

Actualización
Barcelona igualó con Nápoli en la Champions League. Foto: EFE
Barcelona igualó con Nápoli en la Champions League. Foto: EFE

Barcelona igualó ante Nápoli por el partido de ida en los octavos de final de la Champions League.

EFE. El Barcelona hizo casi todo lo que tenía que hacer en la casa de Maradona, pero le faltó lo más importante, le faltó matar cuando pudo, cuando dominaba tras el tanto de Lewandoski y el Nápoli pululaba desahuciado, y dejó vivir a un equipo al que solo le hizo falta un disparo entre los tres palos, el del enmascarado Victor Osimhen tras un error de Íñigo Martínez, para dejar la eliminatoria abierta de par en par para la vuelta de los octavos de final de la Champions League.

El cuadro 'culé' comenzó el duelo con todo el poso y autoridad que tenía que mostrar ante un rival mermado por el despido de su entrenador, pero acabó con la soga al cuello, superado por las embestidas finales de un Nápoli que tiró más de corazón que de cabeza y que contrarrestó su inferioridad general con un destello individual, con una acción de Osimhen, facilitada por la premura de Íñigo Martínez, para marcar en el único disparo a puerta del equipo italiano.

Nápoli volvió a respirar gracias a su héroe enmascarado. Y gracias a la permisividad y falta de acierto de un equipo que mereció más en la primera parte, pero que no sufrió lo debido por el momento actual de incertidumbre. Dominio sin recompensa que desembocó en un empate como castigo.

Los de Xavi Hernández fueron mejores en los primeros 45 minutos. El Barcelona saltó mejor al campo, más convencido de su plan, más entero, más equipo. Tomó la posesión y fue a por un Nápoli todavía aturdido por unas 48 horas anteriores de locura que, sin embargo, resistió al descanso e, incluso, supo rehacerse en los últimos minutos de la primera mitad, aunque sin ocasiones claras.

El peligro lo puso Lamine Yamal por la banda derecha, jugando a pierna cambiada muy abierto, peligroso al espacio, un relámpago en el uno contra uno con Olivera, escoltado siempre por Juan Jesús o Rrahmani para las ayudas. Y ni con esas pudieron parar al español, que se convirtió en el jugador más joven de la 'Champions' en disputar una eliminatoria y tuvo tiempo para disparar desde fuera del área en el primer aviso azulgrana y la primera gran intervención de Meret.

Ese fue el pistoletazo de salida a los mejores minutos de los de Xavi, que desactivaron el poco peligro que este Nápoli venido a menos podía generar. Solo un destello de Kvaratskhelia en la medular y los centros laterales inquietaron levemente a la zaga del Barcelona y reanimaron al estadio Diego Armando Maradona, apagado por el mal momento de los suyos.

Gundogan y Lewandoski se animaron junto a su joven estrella y probaron fortuna. Primero el polaco, con un remate complicado dentro del área tras una buena combinación de su equipo que salió muy centrado, relativamente cómodo para el meta italiano; y poco después, un potente disparo del alemán que sí exigió la estirada de Meret, que espoleó a los suyos en busca de una reacción que no llegó.

Porque fue al poco de comenzar la segunda parte cuando el Barcelona recolectó la merecida recompensa. El Nápoli pareció estar más metido en el partido, pero las ocasiones fueron de nuevo para los visitantes. Yamal encontró a Gundogan y el alemán no definió bien dentro del área, poco antes de rubricar otro disparo, mucho más tímido. La sensación, sin embargo, era que el cuadro local había mejorado, pero los de Calzona fueron incapaces de crear peligro, de asustar a Ter Stegen.

Siguieron en la línea plana de las últimas semanas que les ha acompañado esta temporada. Y sin 'Kvara' y Osimhen, perfectamente frenados, llegó el merecido castigo, justo a la hora de partido, tras una gran combinación del Barcelona que acabó en los pies de Pedri.

El centrocampista del equipo español se inventó un pase milimétrico para Lewandoski entre líneas que palió su discreta actuación. Control dentro del área del polaco, amago para sentar a Rrahmani y definición ajustada a un palo.

El Barcelona se sintió ganador. Calzona quitó a 'Kvara' a falta de 20 minutos y pareció, por un instante, que las opciones del Nápoli se redujeron a cenizas. Pero de un momento a otro, en una mala salida de balón y en una mala decisión de Íñigo Martínez, que intentó anticiparse a Osimhen en el balcón del área, el nigeriano hizo el empate. Se plantó solo ante Ter Stegen y no falló. El héroe enmascarado de la Ciudad del Vesubio volvió a aparecer. Nápoles volvió a respirar.

Y pudo llevarse el partido el equipo de Calzona. Las tornas cambiaron y fueron los italianos los que tomaron el mando ante un Barcelona empequeñecido. Se sucedieron los centros laterales, la defensa visitante se hundió y un remate de Anguissa paró el corazón de los aficionados que acudieron al estadio.

El Barcelona tuvo las oportunidades, fue superior en líneas generales, pero no mató cuando pudo y en Champions League eso se paga caro. Osimhen dejó abierta de par en par la eliminatoria.

Ficha técnica:

Nápoli: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesús, Olivera; Cajuste (Hamd Traorè, m.68), Lobotka, Anguissa; Politano (Raspadori, m.77), Kvaratskhelia (Lindstrom, m.68) y Osimhen (Simeone, m.77).

Barcelona: Ter Stegen; Kounde, Iñigo Martínez, Araújo, Cancelo; De Jong, Gundogan, Christensen (Oriol Romeu, m.86); Pedri (Joao Félix, m.86), Lamine Yamal (Rapinha, m.80) y Lewandoski.

Goles: 0-1, m.60: Lewandoski; 1-1, m.75: Osimhen.

PREVIA

EFE. Tras un inicio de temporada paupérrimo y una segunda revolución, la del despido de Walter Mazzarri a solo dos días del duelo, el Nápoli, un volcán en erupción, recibirá este miércoles 21 de febrero a un Barcelona igualmente en horas bajas con el estreno del tercer entrenador de la temporada en los octavos de final de la Champions League. El duelo se iniciará a las 15:00 horas de Perú (20:00 horas GMT). Sigue la TRANSMISIÓN EN VIVO DEL PARTIDO.

Ni Barcelona ni Nápoli, curiosamente los dos campeones de sus respectivas ligas la campaña pasada, llegan en su mejor momento; aunque quizá sean las últimas horas del combinado partenopeo, contagiado por la energía del Vesubio, las más frenéticas pese al clima que se respira en can Barça desde que Xavi Hernández anunciara su marcha a final de temporada.

El equipo azulgrana sigue teniendo la Champions League como su asignatura pendiente, pero, en esta ocasión, puede ser la tabla a la que aferrarse para salvar una temporada decepcionante.

Con la Supercopa de España perdida, eliminados de la Copa del Rey y descolgados de LaLiga, los azulgranas afrontan estos octavos de final de la Champions convencidos de que el torneo puede servirles de bálsamo para curar viejas heridas tras dos temporadas cayendo eliminados en la fase de grupos.

El objetivo es, por lo menos, salir vencedor del duelo contra el conjunto napolitano y alcanzar los cuartos de final de la competición, ronda que cubre el presupuesto en las previsiones de este ejercicio y que, de no alcanzarse, supondría un nuevo boquete en la economía del club de unos 25 millones de euros.

Pero aún mayor sería el agujero en el prestigio de un Barcelona que se ha visto abocado a jugar la Liga Europa con más pena que gloria los dos últimos cursos y que hace años que vive descabalgado de la élite del fútbol europeo si se tienen en cuenta sus resultados en la máxima competición continental.

Reconducir esa situación pasa, en primer lugar, para no convertir mañana Nápoles en Liverpool, Roma, París, Múnich o Lisboa, las ciudades que han sido testigos de los últimos naufragios europeos del Barça. Y, mantener, como mínimo, la eliminatoria viva para el partido de vuelta, que se disputará en el Estadio Olímpico Lluís Companys dentro de tres semanas.

Al menos, el balance ante el conjunto italiano invita al optimismo, pues el cuadro catalán está invicto en los cuatro partidos disputados ante el Nápoli en competición europea.

También el hecho de que el equipo haya recuperado para este encuentro a dos lesionados más -el centrocampista Sergi Roberto y el delantero Joao Félix- y Robert Lewandowski, autor de un doblete en LaLiga ante el Celta (1-2), su olfato goleador.

A todo ello hay que añadir el gran momento por el que atraviesa el joven Lamine Yamal, la gran revelación de la temporada y el futbolista que está sosteniendo al equipo en ataque con tan solo 16 años, y la mejora defensiva que ha tenido el equipo desde que Xavi utiliza a un central como Andreas Christensen como pivote defensivo.

Con todo, el técnico de Terrassa podría repetir el mismo once que ganó al conjunto vigués, con un único cambio en el eje de la zaga, en el que apostaría por la experiencia de Iñigo Martínez en detrimento de un inexperto Pau Cubarsí como pareja de Ronald Araujo.

El central uruguayo fue sustituido al descanso, en Balaídos, por precaución tras sentir unas molestias musculares, pero todo apunta a que estará en condiciones de ser titular.

El Nápoli, por su parte, vive las horas más agitadas de un temporada ya de por sí intensa. Es ahora mismo un volcán en erupción.

Aurelio De Laurentiis, dueño del equipo italiano, despidió a última hora de este mismo lunes a su amigo Mazzarri, a tan solo 48 horas del trascendental duelo por un hueco en los cuartos de final, lo que compromete sobremanera la llegada de Francesco Calzona, el nuevo entrenador y actual seleccionador de Eslovaquia, que tendrá solo un entrenamiento antes de debutar en un banquillo que ya conoce, pues formó parte del cuerpo técnico de Spalleti y de Sarri en sus épocas en Nápoles.

No ha sabido gestionar bien el campeón de Italia su éxito de la pasada campaña. La salida de Luciano Spalletti dio paso a la llegada de Rudi García, que fue el primer despedido. En noviembre llegó Mazzarri, que empeoró a su predecesor y siguió el mismo camino.

El resultado de tanto vaivén es un Nápoles que no tiene continuidad, que no juega cómo lo hizo la campaña pasada y que marcha noveno en la Serie A, con dos partidos seguidos sin ganar y con la sensación de que no le da para entrar en Europa, puestos que tiene a 5 puntos. La plaza 'Champions', a 9, se presenta a estas alturas como una utopía.

Eso sí, los napolitanos, que llegan sin bajas al duelo, tiene un gran argumento al que aferrarse. Vuelve el nigeriano Victor Osimhen después de un mes fuera por la Copa África. Formará como titular en ataque, acompañado de su fiel escudero, el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, que ha sido el jugador diferencial estas últimas semanas.

El único que no estará seguro es el polaco Piotr Zielinski, uno de los héroes del histórico 'Scudetto'. Pero no por lesión, sino porque está fuera de la lista continental. El centrocampista se marchará este verano como agente libre al Inter. Su lugar, el que ocupa habitualmente en Serie A, será probablemente para el recién llegado del Bournemouth, el costamarfileño Hamed Junior Traorè.

El estadio Diego Armando Maradona, vestido de gala para la ocasión, será el juez del primer duelo en busca de los cuartos de final entre los dos campeones en horas bajas.

Alineaciones probables:

Nápoli: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesus, Mazzocchi o Mario Rui; Anguissa, Lobotka, Traorè; Politano, Osimhen, Kvaratskhelia.

Barcelona: Ter Stegen; Koundé, Araújo, Iñigo Martínez, Joao Cancelo; De Jong, Christensen, Gündogan; Lamine Yamal, Lewandowski y Pedri.

Árbitro: Felix Zwayer (Alemania)

Estadio: Diego Armando Maradona (Nápoles)